En última instancia, la prioridad debe ser siempre el autocuidado y la salud emocional...
La adicción no solo afecta a quien la padece, sino también a las personas cercanas, especialmente a las parejas. En muchos casos, la codependencia es un fenómeno frecuente en las relaciones donde uno de los miembros lucha contra la adicción. La codependencia puede ser definida como un patrón disfuncional en el que una persona se preocupa excesivamente por el bienestar de su pareja, hasta el punto de descuidar sus propias necesidades y bienestar. Esta dinámica se vuelve especialmente desafiante cuando la pareja adicta está en proceso de tratamiento y surge la pregunta: ¿debería volver después de la separación?
¿Qué es la codependencia?
La codependencia es un trastorno de la relación interpersonal donde una persona, con frecuencia la pareja de alguien con una adicción, asume el rol de “cuidador”. Según el psicólogo Timothy Cermak, un experto en el tema, la codependencia se caracteriza por la necesidad compulsiva de cuidar, controlar y rescatar al adicto, muchas veces al punto de sacrificar las propias necesidades y emociones.
Las personas codependientes tienden a desarrollar un fuerte sentido de responsabilidad hacia el bienestar del otro, incluso cuando ese cuidado los está destruyendo emocionalmente. En relaciones con adictos, esto se refleja en comportamientos como justificar el abuso de sustancias, asumir la culpa por el comportamiento del adicto, o perpetuar un ciclo de ayuda que facilita la adicción.
¿Por qué muchas parejas eligen separarse?
Cuando una persona con adicción no busca ayuda, el entorno familiar y la relación pueden convertirse en un espacio tóxico lleno de estrés, angustia y conflictos constantes. Los efectos del consumo de sustancias, como la irresponsabilidad, la manipulación y, en algunos casos, la violencia, llevan a muchas parejas a optar por la separación como una forma de protegerse a sí mismas y a sus seres queridos.
La separación puede ser un mecanismo de autodefensa. Según estudios, los familiares de adictos suelen sufrir altos niveles de estrés y ansiedad, similares a los experimentados por personas que viven con trastornos postraumáticos. Alejarse de la situación puede dar a la pareja no adicta el espacio necesario para recobrar su estabilidad emocional y física.
El momento del tratamiento: ¿Debería regresar?
Cuando el adicto comienza un tratamiento, se abre una nueva etapa llena de expectativas y esperanza. Sin embargo, el proceso de recuperación es largo y complicado, y no necesariamente garantiza que la relación pueda ser reconstruida de inmediato. Es natural que la pareja no adicta se pregunte si debería volver ahora que su ser querido ha tomado la decisión de rehabilitarse.
Antes de tomar una decisión, es importante tener en cuenta varios factores:
- Recuperación y estabilidad del adicto: El proceso de rehabilitación puede tomar meses o incluso años. Es crucial asegurarse de que el adicto esté mostrando señales claras de cambio sostenible antes de considerar una reconciliación. La recaída es común, y regresar demasiado pronto a la relación puede reactivar viejos patrones de comportamiento.
- Crecimiento personal de la pareja no adicta: La separación ha permitido que la persona no adicta recupere su equilibrio emocional. Regresar a la relación podría poner en peligro ese crecimiento si no se establecen límites claros. Es recomendable que ambas partes consideren terapia individual para tratar la codependencia antes de volver a comprometerse.
- Nuevo comienzo o viejas dinámicas: Es importante preguntarse si la relación, en su forma actual, puede realmente cambiar. Los patrones de codependencia suelen ser profundos y volver a la relación sin haber trabajado estos aspectos puede hacer que las mismas dinámicas destructivas resurjan.
Datos científicos sobre la codependencia y la adicción
Estudios recientes han demostrado la conexión directa entre la codependencia y el comportamiento adictivo. Un estudio publicado en la revista Addictive Behaviors encontró que el 40% de las parejas de personas con adicciones muestran signos de codependencia. Además, investigaciones de la Universidad de Texas indican que las personas en relaciones con adictos tienen un mayor riesgo de desarrollar trastornos de ansiedad y depresión debido al ambiente de estrés crónico en el que viven.
Por otro lado, el proceso de rehabilitación del adicto está marcado por un índice de recaídas significativo, cercano al 40-60%, según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA). Esto indica que la recuperación no es lineal y requiere un sistema de apoyo sólido, tanto para el adicto como para su pareja.
¿Qué hacer?
Si bien no hay una respuesta única para todos los casos, algunas pautas pueden ayudar a tomar una decisión más informada.
- Busca apoyo terapéutico: Tanto la persona en recuperación como su pareja deben buscar terapia individual y, eventualmente, terapia de pareja para explorar los patrones de codependencia y establecer nuevas formas de relación.
- Establece límites claros: Si decides regresar, es esencial definir qué límites son necesarios para proteger tu bienestar. Estos pueden incluir evitar involucrarse directamente en el proceso de rehabilitación del adicto y centrarse en el propio crecimiento personal.
- Evalúa con realismo la situación: Regresar a una relación con un adicto en recuperación es una decisión difícil que requiere evaluación constante. ¿Ambas personas están comprometidas a cambiar? ¿Existe un apoyo externo adecuado?
Para finalizar
Decidir si regresar a una relación después de la separación con un adicto es una decisión profundamente personal. La codependencia puede hacer que esta decisión sea aún más complicada, pero la clave está en reconocer que el bienestar de ambas partes es fundamental para que cualquier relación funcione. Recuperarse de la codependencia es tan importante como la recuperación de la adicción, y solo con un trabajo profundo en ambos lados puede haber una verdadera oportunidad de sanación.
En última instancia, la prioridad debe ser siempre el autocuidado y la salud emocional.